jueves, 4 de junio de 2020

20 Preguntas a los que escriben - Daniel Álvarez

Retomando esta buena idea de tirar alguna preguntas a escritores, hoy le toca a mi amigo Daniel Álvarez, quien si llego a contar que somos los Fred Astaire y Ginger Rogers de los bailongos post lectura de poesía me mata.

LUIS DANIEL ÁLVAREZ nació el 28 de enero de 1988 en Andalgalá, Catamarca. Docente y escritor En poesía publicó: Pueblo y rebelión (2013), Vuelo onírico (2015) y Pájaros de aguardiente (2017). En narrativa: Sueños encajonados (2015) La fama de Edward Arparigowsky por Color Ciego Ediciones (2019) y Transeuntes por Literatura Resiste (2020).Dirige la página web de cultura La tuerca andante. Este es su blog. Actualmente vive en la ciudad de San Luis donde desempeña como docente y tallerista.



1- ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Qué hay primero? ¿Un lector que se transforma en escritor, o  un escritor que se transforma en lector?
En lo personal, además de ser un lector, fui un escuchador de historias. Recuerdo que cuando era muy niño, me pasaba las tardes sentado cerca de mi abuela para que me contara historias de apariciones del duende, y de la gente de Andalgalá, de Belén y Londres que son los lugares donde vivió ella. Por ese entonces tenía  aproximadamente seis o siete años. Escucharla me volaba la cabeza, porque imaginaba y me hacia la película. Con eso también vino la música porque mi padre me cantaba canciones folklóricas y cuando comencé a aprender a escribir él me dictaba o me pedía que copiara las canciones que a él le gustaba. También tuve una tía que me hacía leer. Esa fue, como diría Michel Petit, la forma en que me presentaron el mundo. Todo eso se engarzaba hasta ser lo que soy, un amante de música, un loco por la lectura, y apasionado por la escritura.           

2- Describime tu escritorio a la hora de sentarte a escribir un texto.
Mi escritorio es la computadora y el equipo de mate, rara vez papel y birome.

3- ¿Cuánto hay de tu pedacito de barrio en tu escritura?
No hablo tanto más de mi barrio ni de mi pueblo en mis textos, sino que hago trato de realizar una pintura de los lugares que más me gustan, soy muy campestre en ese sentido y pueblerino. Creo que si cuento una historia inspirada en cualquier pueblito de San Luis describiría casi de la misma forma que lo haría de algún pueblo de  Catamarca, o de cualquier otro pueblo. Creo que el barrio o el pueblo es el mundo. Sin embargo tengo textos como “La fama de Edward Arparigowsky” editado por Color Ciego Ediciones en la que la historia sucede en Buenos Aires y Córdoba, pero se debe a un homenaje a la mística imagen de que el tango se bailaba entre hombres.     

4- Todos los escritores recomiendan tomar talleres. ¿Por qué hay que tomarlos?
Existen diversos tipos de talleres, no todos son iguales y todo depende del tallerista, pero considero que el mejor taller es la lectura y el mejor ejercicio es leer, leer y leer, y luego alejarse un poco de la lectura para buscar su propia voz. También es importante leer un poco el mundo que nos rodea y escuchar las diferentes voces para poder jugar con ellas, porque las voces son esas bolitas de greda que nos permiten armar algo. 

5- ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado como escritor?
Existen tres consejos que son los que más me gustaron por su retórica  1) arma, desarma y arma, 2) dejad que las palabras maduren solas, 3) un buen sarcasmo de Charly García, ladrón que roba a otro ladrón es un artista.    

6- ¿La mayor alegría literaria que has tenido?
Sinceramente no fue un premio ni un reconocimiento, o haber formado parte de una antología a nivel nacional o internacional, sino que es aquello que realmente pasa al alrededor y me sorprende por ejemplo  cuando alguien me dice que ha leído un texto de mi autoría, o me agradece por que el libro le sirvió para hacer un asado cuando no tenía papel para quemar o para ocupar un espacio en la biblioteca, o me dice vos sos Daniel, el escritor, y se enteró no por haberle comentado sino más bien por tercero.  

7- ¿Qué escritor te robó una idea antes de que se te ocurriera?
No sé, quizás varios, pero no me hago drama porque al final también se la puedo robar, y por suerte mis ideas son tan buenas que nadie me las quiere robar. Lo que importa es el perdón: un ladrón que roba a otro ladrón tiene cien años de perdón. ¿Ya tendremos perdonada al menos la mitad de la eternidad?

8- ¿Qué se siente haber terminado un texto?
Siento que dejo algo que alguien necesitó alguna vez decir, no lo digo por mi personalidad, sino que también muchas veces siento que lo que escribo es materializar lo que alguna vez escuché y que me resultó interesante darle forma. Creo que un texto es un eco de quienes alguna vez dejaron sus palabras para que escriba, casi siempre sin tenerlos en cuenta, y así pueda llegar a otros. Me gusta pensar que soy una especie de puente que tiende memorias.    

9- ¿Qué debe tener un buen texto?
Fuerza, que remueva las entrañas y te haga sentir parte de la historia, más allá si es real o ficcional, y eso es según el criterio del lector. También tiene que tener imágenes, metáforas, esa extrañeza que deja sus zumos al lector para que descifra y goce.

10- ¿Cómo es el lector ideal?
Un lector ideal es capaz de moverse con los personajes en cualquier espacio para desentrañar la historia, y de escuchar la voz poética en su profundidad. También que sepa reconocer que los diferentes contextos y la posibles realidades nos transmiten algo. 

11- Un buen escritor… ¿se expone sin tapujos? ¿O logra evadirse totalmente?
Se expone sin tapujos, pero coloreando las escenas para que el lector juegue con los sentidos. 

12- ¿Qué cosa está sobrevalorada en la literatura?
El egocentrismo en exceso. Los cenáculos que se llenan de coronitas entre sí, los ismos, los moralistas y conservadores que repiten las tradiciones sin darle una vuelta a la tuerca, y las críticas de los sectores resentidos que Bloom siempre criticó.

13- Si llegaran los extraterrestres… ¿Qué libro les regalarías como muestra del genio humano?
Difícil  pregunta pero dudo entre varios títulos “El juego los abalorios” de Herman Hesse, “Más que humano” de Theodore Sturgeon, “El ser y la nada” de Sartre,  “Más allá del bien y del mal” de Nieztsche, “La insoportable levedad del ser” de Milan Kundera, “Las enseñanzas de Don Juan” de Carlos Castañeda o “Guitarra negra” de Spinetta. Seguramente que cuando lleguen en los extraterrestres les regale todos esos.        

14- ¿Qué diferencia hay entre tu primer libro, y el texto en el que estés trabajando ahora?
Actualmente estoy más con la narrativa y soy más larguero. Me alejé de la comodidad que produce por instante el micro relato o las ficciones cortas. También estoy jugando más en diferente campos con lo erótico, los místico del folclore que mamé dándole una vuelta a la tuerca cómo lo hace por ejemplo Mariano Quiros, y con personajes rebeldes. En la poesía estoy más simple, corto y claro, pero sin perder la contemplación a la naturaleza, que es con lo que me siento identificado.   

15- ¿Qué rostro tienen tus musas?
El rostro que tienen mis musas son variados y eso no es lo importante, lo que importa es lo que ellas me enseñan, aprendo, me cuentan y esperan de la vida. Cada una de esas musas son poesía, historia y tienen sus aromas y su música.  

16- Al mejor estilo Frankenstein… armame un monstruo con partes de diferentes escritores.
Es difícil porque me siento atravesado por varias lecturas y contextos socios históricos tanto individual como colectivo. Pero me gustaría ser un pombero trayendo cuentos de los montes, de las sierras, de los cañaverales.     

17- Un libro que todos recomienden y que no te haya gustado.
No diré algún libro pero cuando era adolescente leí “A orillas del río piedra me senté y lloré” de Paulo Coelho y “Cuentos para Verónica”  de Poldy Bird y hoy me arrepiento haber perdido tiempo leyéndolos. 

18- ¿Cómo sería un mundo sin libros?
Directamente  no habría mundo porque no habría nada para contar.

19- Funda una nueva religión. A quiénes se adoraría. Cómo serían los rituales.
No me interesan  las religiones así que no podría crearla, iría en contra de mis principios. No se adoraría a nadie porque lo principal es respetarnos como somos, todos somos diferentes y nadie es más que otro. Si voy por los rituales creo que tomaría de las comunidades originarias de  cada parte del mundo para agradecerle a la tierra lo que nos da.    

20- ¿Qué título tendría tu biografía póstuma?
Nunca pensé en escribir una biografía, suficiente con escribir día tras día mi historia, con eso me basta y me sobra. Quien quiera conocer mi historia, que se acerque y me pregunte. Las pláticas valen más que un libro.  

Bonus Track - ¿Qué pusiste la primera vez que dedicaste un libro?
Si no me equivoco creo que puse léelo y quémalo, o léelo y tíralo, no recuerdo bien 


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