miércoles, 16 de mayo de 2018

Nota para Anatomía Urbana

Le dejo una nota que me hicieron para Anatomía Urbana con motivo de la salida de mi libro "Historias e Histerias sobre cabellos más fuertes que yunta de bueyes".
Musas Femeninas Y Un Amor Profundo A Las Letras

Desde muy pequeño Juanci Laborda Claverie, tuvo contacto con los libros y la escritura. Esta presentado su primer libro, “Historias e Histerias” (sobre cabellos más fuertes que yuntas de bueyes) en el que ha trabajado no solo como escritor y editor, sino que lo imprimió de forma artesanal en la tranquilidad de su casa.
El arte es una forma que se expresa en todas las ramas, no puedo ser neutral cuando se trata de un artista gigante con todo el empuje del mundo, al que además considero mi amigo y un poco mi mentor, uno de los que más me ha empujado al mundo de la escritura, de la lectura, de la radio. Puedo decir de él, que desde pequeño le gusto la lectura, no obstante, con el paso de los años fue perfeccionando su técnica para escribir. El año 2018 lo encontró editando su primer libro, inspirado en la mujer, uno de sus motores en la vida. Pero este libro no solo tiene sus textos, sino una parte de todo lo que convierte en magia, con su fuerza, la que he visto mil veces aplicar, y esta vez no lo detuvo. Hizo todo en resumidas palabras: imprimir, corregir, encuadernar, un trabajo de hormiga que termino en un esfuerzo de una tirada de libros, como las madres esperan pacientemente un nacimiento. En Anatomía Urbana, un vistazo al escritor puntano en Ascenso.

Bueno con los números (cuento que aparece en su primer libro)
Es de noche y es un baile. Orlando está solo. Siempre está solo. No es que no tenga amigos, pero prefiere estar solo. Es de noche, es un baile y la rubia lo mira. Lo mira y le sonríe. Orlando sabe que es pintón, y sabe que normalmente le gusta a las chicas, y sabe que lo que a ellas más les gusta es que es cariñoso, pero la rubia no lo conoce y entonces no puede saber que es así; supone que lo mira y le sonríe porque es pintón, y ahora que mira a la rubia se da cuenta que está re buena, que es rubia natural, bien gringa, bien tana, y que es más alta que él, a Orlando no le jode que las minas sean altas, piensa que en la cama no se nota, pero sabe que ese dicho es sólo una muletilla, porque si las minas son muy altas, o muy bajitas, hay posiciones que no se pueden hacer. Finalmente Orlando se acerca a la rubia, no la encara, primero se pasea cerca suyo como haciéndose el interesante; si tuviera algún amigo podría disimular, pero ha venido solo, y en soledad es más difícil encarar a una mujer; encarar a una mujer le resulta fácil, pero encararla en un baile le es difícil, pero mientras él busca palabras es la rubia quien lo saluda, le dice algo que Orlando no escucha por la música alta, la mina lo toma del brazo y lo hace bailar; a Orlando no le gusta bailar, pero le gusta la rubia que lo hace bailar y entonces baila; y sucederá que aunque los detalles son importantes para Orlando, para quien escribe no, que los detalles queden en la intimidad de ellos, y sólo contaré que Orlando y la mina amanecieron juntos.( continua)
Este es uno de mis cuentos preferidos del libro, la verdad me intrigó y cuando comencé a leerlo me pareció visualizarlo como en una película con dos personajes que aparecieron por arte de magia en mi cabeza, y cuando lo termine regrese al inicio para volver a leerlo. No le faltaba nada, estaba todo: introducción, un buen nudo y el final como me gusta a mi rompiendo los esquemas. Llame de inmediato al autor para decirle: “Este es el cuento que más me gusta”. Ahora un poco sobre su opera prima.


¿Cómo fue el proceso para llegar a “Historia e histerias”?
Es un proceso largo tiene que ver con escribir distintos cuentos. Por ejemplo, el más viejo es “La mujer Frankenstein”, que fue una charla entre amigos, totalmente informal, sobre cómo sería nuestra mujer perfecta. Empezamos a decir: yo le pondría los ojos de tal ex novia, le pondría la figura de tal otra, la personalidad de fulana… y se me ocurrió el cuento. Tuvo muchas reversiones y finalmente la que está en el libro. Después hay, por ejemplo, un cuento que se llama “Las manos”, que es  una anécdota que escucho en los pasillos de un hospital que me pareció increíble. Cuando quise ver tenía un volumen importante de cuentos que tenían un hilo conductor que era el deseo hacia la mujer desde diferentes formas. Le pensé un título: “Historia e Histerias sobre cabellos más fuertes que yuntas de bueyes “, y después vino el proceso de publicación, de buscar cómo publicarlo, de cómo mostrarlo.
Todo lo que se escribe ¿se puede mostrar?
Que buena pregunta. No… creo que tenés algunos textos que surgen como ejercicios para ejercitar la muñeca, otros para sacar algo de veneno de adentro, otros una idea que cuando la pensamos parecía genial, y una vez escrita nos damos cuenta que no era buena. Muy pocas veces surge algo que es mostrable. Hay que escribir mucho, ser constante, para que salgan muchos de esos.
¿Cómo te fue con la corrección de este, o de cualquier otro escrito?
La corrección se dio en varias partes. La primera fue la de contenido, que se fue dando a través de mostrárselo amigos lectores, que sé que son muy criteriosos. A veces me dijeron “animal, cómo vas a contar esto así”, y tuve que suavizar las historias y contarlas de mejor manera. Después está la corrección sintáctica; que eso se va logrando a raíz de escribir mucho, de tomar talleres. Yo tengo dos formas de corregir: una es utilizar en la computadora los lectores loquendo. Cuando la computadora me lee, me doy cuenta cuando algo no suena bien.
La primera historia que se te ocurre ¿es parecida a la que termina en la corrección?
A veces sí , a veces no. Por ejemplo “La mujer Frankenstein”. Si te mostrara la primera versión es nada que ver a la que está en el libro. Por ejemplo otro cuento que me gusta mucho es “Las cuatro Verónicas”. La primera versión es del año 2014, y la última del 2016. Son bastante similares entre sí.
¿Cuál es el cuento que te gusta más de “Historias e histerias”?
Hay varios que me gustan mucho, pero particularmente, y modestia aparte, creo que el mejor es “Las cuatro Verónicas”. Estuve dudando si incluirlo o no en el libro porque era una extensión demasiado larga, y no sabía más adelante podía tirarlo como una novela. Finalmente lo tijeretié un poco para poder incluirlo como cuento.
Algún cuento…¿puede desembarcar en una novela?
Precisamente he pensado muchas veces en ese cuento transformarlo  en una novela, en incluirle esos pedazos que le recorté y engordarlo… incluso flasheé mientras lo escribía que hacían una película de la novela, y que uno de los personajes, la Verónica rubia era interpretada por la “China” Suárez.
¿Qué temáticas encontramos en “Historias e Histerias”?
Hay de todo un poco. Hay un hilo conductor que es el deseo hacia la mujer, pero podes encontrar desde una trama policial, un canto a las costumbres generacionales que teníamos de pibes como caer 20 amigos de colados a un cumpleaños con un tetra y una bandeja de sanguchitos, y otro tipo de tramas más enroscadas como “Las cuatro Verónicas”, y también un poco de humor como en el “El soltero más codiciado” o “Estampitas”.
¿Qué cosas son las que te inspiran a escribir?
La vida misma. Me gusta el relato realista. A veces robo historias de las cosas que pasan o que veo. Hay un cuento que se llama “Vamos a ver” que es una situación que presencié en unas vacaciones. Vacacionábamos con mi señora y en el balneario vimos a una parejita. Un pibe de unos 15 o 16 y una chica de su edad, muy llamativa por lo bonita. Él se notaba muy enamorado, pero ella fría, distante. Esa misma noche salgo de la cabaña a fumar -en esa época todavía fumaba- y me pongo a caminar por el bosquecito. Todo bien hasta que noto que, al fondo, bien en lo oscuro, hay una parejita dándose cariño. No pude con las ganas de ser malo. En silencio me arrimé hasta ellos y de golpe prendí el cigarrillo, tratando de que el chispazo del encendedor los ilumine y asustarlos. Pero cuando les busco los ojitos para reírme de sus caras de susto: los reconozco Ella era la chica linda que había visto esa tarde, pero el pibe no era su noviecito, sino el bañero, un chabón un poco más grande que ella. Juro que esa traición ajena me pegó re mal. Ese cuento es la venganza del noviecito, es en palabras del escritor testigo el por qué la novia era tan fría esa aquella tarde.
¿Qué representa la mujer para vos?
Un igual. En mi caso, como heterosexual, mi fuente de deseo e inspiración. No hago distinción entre hombre o mujer. Creo que hay dos cosas que inspiran mucho al humano, una es el miedo a la muerte y otra el deseo al ser amado.
¿A quién te gustaría que llegue este libro?
Hice algunos envíos a Buenos Aires a escritores que admiro mucho ,como Enrique Decarli, Maca Moraña o Daniel Frini. Ya lo tienen en mano. Estoy esperando que lo terminen y me hagan alguna devolución
¿Cómo se ve “Juanci escritor” dentro de 10 años?
¡Con menos canas y menos panza! (Risas). Me veo igual. A lo mejor con más cosas publicadas y con un proyecto editorial, que ya tengo entre manos, funcionando bien. ¡Dios quiera!.
¿Qué es lo que te han dejado los personajes?
No es que me han dejado, me han sacado. Todos los personajes tienen “alguito” de uno, o de algún ser cercano que quise reflejar. Del primero al último, tienen algo cotidiano que me gustaría ser o haber hecho…
Con Juanci somos amigos desde una juventud, casi que lo vi crecer y ahora veo a “Historia e Histerias” como un hijo que fue gestando y pariendo de a poco. Lo disfruté mucho, leí este libro en diferentes lugares para ver un gran escritor y la compañía de un amigo en todos lados: fue conmigo en colectivo, al parque, la montaña. Este libro se deja leer de manera amena, como se deja leer esa persona sensible que es el Juanci Laborda escritor, me despido con un pequeño cuento, con el permiso de su autor.


Jonás
El flaco Jonás se puso de novio y poco a poco empezó a alejarse de los amigos hasta literalmente desaparecer. La última vez que lo vimos nos presentó a la novia, una piba de unos veintitantos, estudiante de periodismo y que lo triplicaba en peso. Unas semanas más tarde nos interrogó la Policía para ver si conocíamos su paradero. Doña Beba, su madre, había denunciado la desaparición. Nunca lo encontraron.
Al cumplirse veinte años sin noticias del Flaco la Justicia lo declaró legalmente muerto. Entonces, familiares y amigos le celebramos un funeral simbólico. Allí estaba Doña Beba, que encorvada y arrugada caminaba con andador; su última novia conocida, que había continuado aumentando su volumen; y los muchachos, todos con más panza y menos pelo. Un cura amigo de la familia celebró la misa, el Chelo leyó un poema que improvisó para la ocasión, comimos unos sanguchitos de miga y después nos dispersamos. Y juro, lo juro por esta, que cuando despedí con un beso a la gordita, me pareció oír la voz de Jonás pidiendo auxilio desde alguna parte.


Si bien es un cuento casi gracioso es lo que puede percibir muchas veces en él, la creatividad, ahora trabaja de lleno en lo que será su próximo libro (cambiando un poco de rubro) que seguro verá la luz muy pronto, porque no hay nada que detenga a Juanci que está decidido a abrir su camino con su propia ley.
Nota: Marina Menseguez
Foto y video: Jesica Flandes

No hay comentarios:

Publicar un comentario